Letras perdidas

“Sigue intentando agarrar el tono del sol, para darle color a sus palabras, ha subido a los árboles más altos pero solo una pizca ha logrado rozar, porque las suyas se esfuman como los fantasmas en la madrugada llegando a asustar”

Intentando nadar al fondo del mar, sentada en el bote de madera con los remos atrás, se baja para caminar, anda descalza por encima del musgo sin resbalar, mientras la niebla intenta atravesar, esta la envuelve en una sutil tranquilidad, entre tanto los murciélagos le sonríen desde la oscuridad, haciéndole olvidar lo que se queda atrás, el cielo tiene ahora un matiz grisáceo, pero la luz de la farola en sepia la hace amar cada sombra que proyecta lo que no alcanza a mirar.

-No hace falta poner las letras a sangrar- Le susurra al viento. -Cuando inefable es lo que quiero plasmar- Asegura mirando el sol alejarse. -En esta ocasión los puntos y comas se van, para que se queden las miradas en su lugar- Invitando la voz a callar, mientras extiende su sentir a sus ojos cerrados observar.

“Sigue intentando agarrar letra por letra, porque se han ido a jugar, ha surcado entre versos y verbos que no necesitan parar, besándole desde donde se encuentra, mientras su alma acaricia la suya, en un viaje que no tiene boleto de retorno, porque el sol atrapado ahora está”.