El sonido del silencio al caer


En los desventurados días en que el ruido se esfuma de la vista de quien no le mira, los dedos pálidos por el reflejo del cielo frío, rozan los trozos de lo que antes dolía, las gotas resbalan por las clavículas y los labios y se detienen a susurrar por los párpados y las manos.
El viento en segundos se ha llevado la rapidez del cansancio, dejando bajo los pies, charcos de agua y barro, con sutiles tonos que poco a poco van todo pintando, entre niebla y nubes grises de color blanco, desdibujando las huellas del pasado y saboreando el silencio de lo inacabado.
Se abre paso entre relámpagos y rocíos leves, que después se convierten en truenos y lluvias fuertes, goteando desde el tejado hasta los ojos descansados, bajo una tinte que parece azul y violeta, como los morados bajo la chaqueta empapada que cubre la piel muerta.
Silbando algo que no escucha, porque el sonido del silencio al caer suscita quitar las palabras, y dejar a las flores crecer, entre tanto, el frío raspa los huesos y se oyen los pájaros cantar; a lo lejos, una silueta pérdida se hace luz al caminar, esperando a que llueva un poco más.

Comentarios

  1. Hermoso, se nota bastante la fluidez al escribirlo, tan poético como brotan las palabras y emociones en él. Siempre es encantador leer tus escritos, siempre es tan agradable saber que sigues escribiendo y que siempre te nacen esos escritos tan interesantes y con tanta naturalidad, es encantador ♥️♥️♥️

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  2. Como siempre, tu escritura es deliciosa al leer.
    Querida Ledezma, sigue con el arte que brota de tus venas.
    Psdta: En Noche Escrita se te extraña.

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